REACCIONES
ADVERSAS
La aplicación de las
vacunas suele ir seguida de síntomas y signos que constituyen una reacción del
organismo al inmunógeno propiamente dicho o a otro componente de la vacuna
administrada.
En algunos casos se
presentan signos y síntomas que no son causados por las vacunas, si no que su
aparición se debe a simple coincidencia, motivo por el cual es importante
estudiar cada caso en particular para descartar las asociaciones casuales de
las causales.
Las reacciones
adversas que se presentan son de 2 tipos:
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Generales |
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Locales |
REACCIONES
GENERALES: El efecto adverso sistémico
posvacunal más frecuente es la fiebre y le siguen el llanto y los síntomas
digestivos. Las reacciones generales de tipo alérgico están frecuentemente
asociadas a las vacunas cultivadas en el embrión de pollo en personas alérgicas
al huevo.
Las reacciones
generales se deben a la naturaleza del antígeno. Por ejemplo, se presentan con
más frecuencia cuando se aplican vacunas compuestas por una suspensión de
bacterias gramnegativas (pertussis, tifoidea) que actúan como pirógenos y también
cuando se administran vacunas virales muertas como la anti-influenza B, debido
a la toxicidad propia del virus vacunal.
De las vacunas que
ocasionan reacciones adversas con mayor frecuencia y de mayor gravedad, la más
importante es la DPT, especialmente por el componente pertussis contra
coqueluche. A esta vacuna se atribuye el llanto prolongado, la hipotonía, las
convulsiones febriles, la anafilaxia, etcétera.
La vacuna
antisarampionosa puede ocasionar a la semana o más días, una leve erupción en la
piel tipo rusch o sarampión leve, mientras que la vacuna antirrubéola ocasiona
dolores articulares. En ambos casos el vacunado se recupera sin problemas.
Cabe agregar que este
tipo de manifestaciones son cada vez menos frecuentes por el avance logrado en
la purificación de las vacunas, de tal manera que actualmente estas reacciones
se van superando ampliamente.
REACCIONES
LOCALES: Aparecen en el lugar de la aplicación
de la vacuna y pueden consistir en:
a) Procesos
inflamatorios: externamente aparecen dolor, calor y rubor. Si la vacuna fue
aplicada por vía subcutánea se manifiesta primero dolor en la zona de la
aplicación, que puede ir seguido de enrojecimiento. Esta reacción no se
presenta de la manera descripta si la vacuna fue aplicada por vía intramuscular
profunda.
Cuando se aplican
vacunas adsorbidas, (DPT, DT, TT y otras) las reacciones locales son
generalmente causadas por los adyuvantes. Un adyuvante puede ser definido como
cualquier sustancia que incorporada a una vacuna, acelera, prolonga o potencia
la respuesta inmunogénica frente a la misma. Tales son las sales de aluminio o
alumbre, que producen un proceso inflamatorio aséptico y por ello son
potenciadoras de la respuesta inmunitaria. Estos abscesos son más comunes
cuando el frasco multidosis de vacunación no ha sido bien agitado.
Las vacunas líquidas
sin adyuvantes, como por ejemplo las de origen viral vivas o muertas, o
polisacáridos, al aplicarlas por vía subcutánea producen una reacción que es
menor, salvo en el caso de algunas vacunas a virus muertos.
La reacción local se
puede considerar como una manifestación esperada y totalmente tolerable por
parte del sujeto vacunado, la que desaparece sin ningún problema.
De las vacunas de
aplicación actual, la BCG es la que causa una reacción local más significativa,
con erosión de la piel y segregación líquida que perdura por semanas o meses,
pero que debe ser considerada normal.
b) Procesos
inmunológicos: son reacciones de tipo alérgico que se manifiestan en forma
inmediata o retardada con respecto a la vacunación. Se deben más a la
idiosincrasia propia del sujeto (personas alérgicas) y no a las vacunas:
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Reacciones de hipersensibilidad de
tipo I: Entre las reacciones inmediatas se encuentran la urticaria,
hipersensibilidad de tipo I. Aparece alrededor de 30 minutos de aplicado el
inyectable, y se debe a la fijación del antígeno a las IgE adheridas a la
membrana de las células que contienen histamina, la que es liberada por el
efecto de ruptura de la membrana celular producido por el inmunocomplejo
formado y adherido. |
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Reacciones de hipersensibilidad de
tipo III: Otro tipo de reacción inmediata pero más severa es el fenómeno de
Arthus, hipersensibilidad de tipo III, proceso inflamatorio de tipo agudo,
producido por inmuno complejos. Aparece entre las 6 y 24 horas o alrededor
del sexto día de aplicada la vacuna. Primero aparece eritema-edema y
posteriormente necrosis de los tejidos locales, con recuperación saludable
del sujeto. Esta reacción ocurre por exceso de anticuerpos circulantes que se
combinan en el lugar de la inyección con el mismo antígeno que les dio
origen, exacerbando el proceso inflamatorio. Intervienen como células
efectoras los neutrófilos y plaquetas, pues es una reacción inflamatoria y no
cede con antihistamínicos, sí con anticoagulantes. |
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Reacción de hipersensibilidad
retardada Tipo IV: la reacción aparece entre las 24 y 48 horas de aplicado el
inyectable. Sucede por la intervención de los linfocitos T sensibilizados
previamente por el antígeno vacunal que se está inoculando en esa oportunidad.
Se produce un infiltrado perivascular, primero de neutrófilos y luego de
macrófagos y linfocitos, conformando un proceso inflamatorio de tipo crónico
que ocasiona daño tisular en el sitio de la inyección. |
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