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La vacunación es un procedimiento seguro, pero existen situaciones en las que no debe aplicarse una vacuna o debe posponerse. Las contraindicaciones se dividen en generales y específicas.
Contraindicaciones generales
- Reacción anafiláctica tras una dosis previa de la vacuna o a alguno de sus componentes → contraindicación permanente.
- Hipersensibilidad grave conocida a algún componente de la vacuna.
- Embarazo: las vacunas con microorganismos vivos atenuados (ej., triple viral, fiebre amarilla, varicela) están contraindicadas. En cambio, las vacunas inactivadas (como antigripal, dTpa, COVID-19, VSR) son seguras y recomendadas durante el embarazo.
- Enfermedad aguda grave, con o sin fiebre: se recomienda posponer la vacunación hasta la recuperación para no confundir la evolución clínica con una posible reacción vacunal.
- Inmunodeficiencias o tratamiento inmunosupresor intenso/prolongado (quimioterapia, corticoides en altas dosis, radioterapia): contraindican las vacunas vivas atenuadas. Las vacunas inactivadas se pueden aplicar, aunque pueden requerir refuerzos por menor respuesta.
- Administración reciente de inmunoglobulinas, plasma o sangre: puede interferir con la respuesta a vacunas vivas atenuadas (ej., sarampión, rubéola, varicela). En estos casos se deben respetar intervalos recomendados antes de vacunar.
Contraindicaciones específicas
- Vacuna contra la tos ferina (DTP/DTPa): encefalopatía de causa desconocida dentro de los 7 días posteriores a una dosis → contraindicación permanente para futuras dosis que contengan componente pertussis.
- Vacuna contra rotavirus: antecedente de invaginación intestinal o malformaciones gastrointestinales que predisponen a ella → contraindicación absoluta.
- Vacuna BCG: contraindicada en recién nacidos sintomáticos con infección por VIH o con inmunodeficiencias graves.
- Vacuna fiebre amarilla: contraindicada en inmunosuprimidos graves y embarazadas, salvo situaciones excepcionales de alto riesgo epidemiológico y bajo criterio médico estricto.
Importante: la mayoría de las situaciones clínicas no representan una contraindicación real. Evitar las falsas contraindicaciones es fundamental para no perder oportunidades de vacunación. Ante cualquier antecedente de reacción grave, debe notificarse y evaluarse como ESAVI (evento supuestamente atribuible a la vacunación o inmunización).
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