Urticaria
Cuando
se presenta una reacción alérgica en el organismo, células especializadas del
tejido liberan un químico denominado histamina. Este causa
síntomas de alergia tales como estornudo, comezón, lagrimeo y flujo nasal. Los
antihistamínicos pueden reducir la inflamación, la comezón y la hinchazón
mediante el bloqueo de los efectos de la histamina, lo que minimiza los
síntomas de la alergia.
La
urticaria se define como un proceso inflamatorio de la zona superficial de la
piel cuya manifestación típica es el habón o roncha.
El
angioedema se define, por su parte, como un proceso
inflamatorio de la zona profunda de la piel. Ocurre en forma más frecuente en
las manos, pies y rostro.
Existen
dos tipos de urticaria: Aguda o crónica.
La
urticaria aguda es aquella que se produce de modo súbito. Hasta un máximo de 6
semanas con brotes, aún se habla de urticaria aguda y cuando supera ese tiempo
pasa a denominarse urticaria crónica. En la inmensa mayoría de los casos el
origen de la urticaria es desconocido, posibles agentes causales son fármacos,
alimentos, himenópteros y otros como el látex y el parásito anisakis. El
tratamiento de la urticaria aguda es basa en el uso de antihistamínicos.
La
urticaria crónica es un proceso en el que los brotes de urticaria evolucionan a
lo largo de más de 6 semanas. El límite de estas 6 semanas entre urticaria
crónica y aguda es totalmente arbitrario y fue establecido por consenso médico.
Sólo en el 20% de los casos se consigue identificar un
posible causa, entendiendo como tal otros procesos médicos o
circunstancias estadísticamente asociados con la urticaria crónica. Sin
embargo, en algunos estudios muy exhaustivos, seleccionando pacientes
claramente diagnosticados de urticaria crónica, en menos del 5% de los casos se
encuentra una causa confirmada de la misma. En el resto de las ocasiones hay
que hablar de urticaria crónica idiopática o de origen desconocido. Lo más
probable -en un porcentaje significativo de los casos- es que se produzca por autoanticuerpos IgG liberadores
de histamina que se han evidenciado en algunos estudios. Estos actuarían contra
la inmunoglobulina IgE y su receptor en la superficie
del mastocito del propio organismo (por eso se llaman autoanticuerpos),
propiciando la liberación de histamina. No obstante, la importancia clínica de
estos hallazgos está aún por determinar y son necesarios más estudios, bien
articulados científicamente, para llegar a establecer su relevancia.
El
diagnóstico es eminentemente clínico. Sólo en el caso de querer descartar algún
posible agente causal, se pueden realizar las determinaciones analíticas que se
estimen oportunas y que generalmente suelen incluir hemogramas, bioquímicas con
perfil hepático, sedimentos de orina, etc.
Las
4 causas principales de urticaria y angioedema en la
infancia son, por orden de frecuencia:
* Las infecciones.
* Los alimentos.
* Las idiopáticas (de causa no
identificada).
* Los medicamentos.
Etiológico:
Lo ideal es identificar la causa productora y eliminarla. Sin embargo, existe
una importante proporción de urticarias de causa desconocida en las que no se
puede hacer más que recurrir al tratamiento sintomático.
Sintomático:
Va dirigido a tratar el picor y la inflamación dérmica. Dentro de éste se
pueden, a su vez, distinguir una serie de medidas generales y un tratamiento
farmacológico.
Medidas
generales:
Las
compresas húmedas o frías pueden reducir la inflamación y el dolor. Es
recomendable evitar la utilización de ropas apretadas, de tejidos ásperos o
poco transpirables. Se deben evitar los ambientes calurosos o excesivamente
húmedos. Por el mismo motivo; también se debe evitar la ingesta de
antiinflamatorios no esteroideos, opiáceos o alimentos histaminoliberadores.
Entre los alimentos con mayor capacidad de liberación de histamina se
encuentran: Los alimentos en conserva, los mariscos, las carnes de caza, el
tomate, el ananá, las frutillas, las bananas, las frutas tropicales, los frutos
secos, los huevos, los quesos curados, etc.
Tratamiento
farmacológico:
Antihistáminicos: Son los más utilizados en el
tratamiento tanto de la urticaria aguda como crónica. Se dividen en dos grupos:
De
primera generación: Han sido en gran medida desplazados por los más modernos,
denominados de segunda generación. Sin embargo, aún continúan manteniendo su
utilidad fundamentalmente dos: la hidroxicina y la clorfeniramina.
De
segunda generación: Son todos aquellos que han surgido a lo largo de las dos
últimas décadas. Entre ellos se incluyen:
* Loratadina.
* Cetirizina.
* Ebastina.
* Terfenadina*.
* Astemizol*.
* Mizolastina.
* Fexofenadina, etc.
(*)
La terfenadina y el astemizol
han sido retirados del mercado debido a la posibilidad de inducir arritmias
cardíacas.
En
caso de utilizarse, tanto los antihistamínicos de primera como de segunda
generación deben reducirse de manera progresiva, no suspendiéndolos
definitivamente hasta al menos 3-4 días después de que hayan desaparecido los
síntomas, para evitar así el efecto rebote.
Ketotifeno: En gran medida desplazado por los
modernos antihistamínicos debido a que, aunque era efectivo, poseía efectos
adversos como somnolencia, estimulación del apetito, etc.
Adrenalina:
Está reservada para casos en los que exista una urgencia vital.
Corticoides:
Su uso debe reservarse para 3 supuestos, básicamente:
* Urgencia vital junto a la adrenalina.
* Angioedema acompañante moderado-severo.
* Urticaria y/o angioedema
que no cedan al tratamiento antihistamínico.
Los
corticoides, por lo tanto, no deben utilizarse de forma sistemática ante
urticarias simples no complicadas. En este sentido deben considerarse como
tratamiento de segunda línea por detrás de los antihistamínicos y los
estabilizadores de membrana. Se pueden emplear por dos vías, fundamentalmente:
Corticoides
Intramusculares o Intravenosos: Su uso sólo está justificado en caso de
urgencia vital.
Corticoides
orales: Se deben usar en dos supuestos, fundamentalmente:
* Siempre que se empleen corticoides
parenterales, para evitar el fenómeno rebote (hasta en 1/3 de los casos de
urticaria y angioedema).
* En caso de no mejoría con
antihistamínicos o estabilizadores de membrana.
En
caso de emplearlos, la pauta recomendada es de 5-7 días, en pauta descendente y
en monodosis con el desayuno.
LO QUE EL
FARMACÉUTICO DEBE SABER
Rol
del farmacéutico:
El
farmacéutico debe aconsejar al paciente acerca de las medidas generales a
adoptar para prevenir o reducir los síntomas.
Lo
que el farmacéutico debe saber:
* Tipo de alimentación: Para evaluar el
posible origen alimentario de la afección.
* Tiempo de evolución de la afección y si
tuvo antecedentes previos.
* Si el paciente está tomando alguna
medicación que pueda causar urticaria.
* Areas del cuerpo afectadas e intensidad del
episodio.
* Medicamentos existentes en el mercado.
* Para descartar enfermedades sistémicas
que cursan con urticaria, como por ejemplo las enfermedades autoinmunes, la
hepatitis o las enfermedades tiroideas.
* Si el angioedema
se presenta en la garganta: Ya que puede bloquearse la respiración normal o la
capacidad de tragar.
* En el caso de empeoramientos francos:
Para considerar un replanteamiento del tratamiento.
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