Indicaciones: Lopid está indicado como tratamiento complementario de la dieta, en los siguientes casos: 1. Tratamiento de pacientes adultos con elevaciones muy importantes en los niveles de triglicéridos séricos (hiperlipidemia tipos IV y V) con riesgo de padecer pancreatitis y que no responden adecuadamente a determinados esfuerzos del régimen alimenticio para controlarlos. Los pacientes con tal riesgo presentan, de manera típica, triglicéridos séricos por encima de 2000 mg/dl y elevaciones del colesterol VLDL, así como quilomicrones en ayunas (hiperlipidemia tipo V). No es probable que los individuos que tienen, en forma regular, triglicéridos plasmáticos o séricos por debajo de 1000 mg/dl presenten riesgo de padecer pancreatitis. El tratamiento con Lopid puede considerarse en quienes tengan elevaciones de los triglicéridos de entre 1000 y 2000 mg/dl, con antecedentes de pancreatitis o con dolor abdominal recurrente típico de la pancreatitis. Se sabe que algunos pacientes tipo IV, con triglicéridos por debajo de los 1000 mg/dl, pueden transformarse, debido a la falta de discreción alimenticia o alcohólica, en tipo V, con elevaciones masivas de triglicéridos que acompañan la quilomicronemia, pero la influencia del tratamiento con Lopid sobre el riesgo de padecer pancreatitis en tales situaciones no se ha estudiado adecuadamente. No se indica tratamiento con droga a pacientes con hiperlipoproteinemia tipo I, con elevaciones de quilomicrones y triglicéridos plasmáticos, pero que tengan niveles normales de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). El análisis de plasma refrigerado durante 14 horas ayuda a distinguir los tipos I, IV y V de hiperlipoproteinemia. 2. Para la reducción del riesgo de desarrollar cardiopatía solamente en pacientes tipo IIb, sin antecedentes ni síntomas de cardiopatía establecida, que hubieran tenido una respuesta inadecuada al intento de perder peso, al tratamiento dietético, al ejercicio y a otros agentes farmacológicos (tales como resinas de intercambio y ácido nicotínico, que reduce el colesterol LDL y aumenta el HDL) y que, además, presentan esta tríada de anormalidades lipídicas: bajos niveles de colesterol HDL además de colesterol LDL elevado y aumento de triglicéridos. El National Cholesterol Education Program (Arch Int Med 1988;148:36-69) definió, como factor de riesgo independiente de padecer cardiopatía, un valor de colesterol HDL sérico por debajo de los 35 mg/dl. Los pacientes con niveles de triglicéridos muy aumentados deberían vigilarse con atención si se les administra gemfibrozil. En algunos pacientes con niveles elevados de triglicéridos, el tratamiento con gemfibrozil se asocia a un considerable aumento del colesterol LDL. El beneficio potencial de gemfibrozil para tratar pacientes tipo IIa con elevación del colesterol LDL pareciera no justificar los riesgos, debido a la potencial toxicidad que puede presentarse, tal como la aparición de cáncer, colecistopatía, dolor abdominal que culmina en apendicetomía y otras cirugías abdominales, al aumento en la incidencia de mortalidad no coronaria y al aumento relativo del 44% durante el período de ensayo en la mortalidad por todas las causas ajustada según la edad que se observó con clofibrato, dado que ésta es una droga química y farmacológicamente relacionada (con gemfibrozil). Lopid tampoco está indicado para el tratamiento de pacientes con bajo colesterol HDL si es ésta su única anormalidad lipídica. En un subgrupo de pacientes del Estudio del Corazón de Helsinki, que tenían valores basales de colesterol HDL por encima de la mediana (mayores a 46.4 mg/dl), la incidencia de eventos coronarios graves fue similar en los subgrupos de gemfibrozil y de placebo. El tratamiento inicial para la dislipidemia consiste en un tratamiento con dieta específica para ese tipo de anormalidad de lipoproteína. El peso corporal excesivo y el exceso de alcohol pueden ser factores importantes en la hipertrigliceridemia y deberían tratarse con anterioridad a cualquier tratamiento con droga. El ejercicio físico puede constituir una importante medida auxiliar y se lo ha asociado con incrementos del colesterol HDL. Las enfermedades que contribuyen a la aparición de la hiperlipidemia, tales como hipotiroidismo o diabetes mellitus, deberían tenerse muy en cuenta y tratarse como corresponde. El tratamiento con estrógenos a veces se asocia a un aumento considerable de los triglicéridos plasmáticos, en particular en individuos con hipertrigliceridemia familiar. En estos casos, la interrupción del tratamiento con estrógenos puede hacer innecesario el tratamiento con una droga específica contra la hipertrigliceridemia. La utilización de drogas sólo deberá considerarse una vez que se hayan realizado intentos razonables para obtener resultados satisfactorios con métodos que no las involucren. Si se toma la decisión de utilizar drogas, se deberá informar al paciente que esta decisión no reduce la importancia de cumplir con una dieta.
Posología:Adultos: Lopid 600: Se recomienda 1200 mg (2 comprimidos recubiertos) por día, divididos en 2 tomas de 1 comprimido recubierto cada una, ½ hora antes de las comidas principales. Lopid UD: Se recomienda una dosis única, la cual debe ser administrada ½ hora antes de la cena.
Presentaciones:Lopid 600: Envases conteniendo 30 y 60 comprimidos recubiertos. Lopid UD: Envases conteniendo 15 y 30 comprimidos recubiertos.